martes, 14 de junio de 2011

¿Quien me necesita?

Recibí una llamada telefónica de un buen amigo, que me alegro mucho. Lo primero que me pregunto fue:
-¿Como estas?
Sin saber porque, le conteste:
-Muy solo
-¿Quieres que hablemos?
Le respondí que si y añadió
-¿Quieres que vaya a tu casa?
Dije que si. Colgamos el teléfono y en menos de quince minutos estaba tocando a mi puerta. Yo hable por hora de todo: Mi trabajo, mi familia, mi novia, mis deudas; él, atento siempre, me escucho. En esas se nos hizo de día. Yo estaba agotado mentalmente; me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara, me apoyara y me hiciera ver mis errores. Cuando el noto que ya me encontraba mejor, me dijo:
-Bueno, me voy, tengo que trabajar
Sorprendido, le dije
-¿por qué no me habías dicho que tenias que ir a trabajar? Mira la hora que es, no dormiste nada, te quite toda la noche
Él sonrió y me dijo:
-No hay problema, para eso estamos los amigos.
Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así. Lo acompañe a la puerta de mi casa y cuando caminaba hacia su automóvil, le grite desde lejos:
-y a todo esto, ¿por qué llamaste anoche tan tarde?
Regreso y me dijo en voz baja:
-Quería darte una noticia
-¿Que paso? - le pregunte
-fui al doctor y me dijo que estoy gravemente enfermo
Yo me quede mudo. El sonrió de nuevo y agrego
-Ya hablaremos de eso. Que tengas un buen día

Paso un largo rato hasta que pude asimilar la situación, y me pregunte una y otra vez ?por que cuando me pregunto cómo estaba me olvide de él y solo hable de mi? ?como tuvo la fuerza para sonreírme, darme ánimos y decirme todo lo que me dijo? esto es increíble

Desde entonces mi vida ha cambiado: ahora soy menos dramático con mis problemas y disfruto mas de las cosas buenas. Ahora aprovecho mas el tiempo con la gente que quiero

El que no vive para servir no sirve para vivir.La vida es como una escalera: si uno mira hacia arriba, siempre será el último de la fila, pero si mira hacia abajo ve que hay mucha gente que quisiera estar en su lugar.Deténgase a escuchar y a ayudar a sus amigos: ellos lo necesitan.

domingo, 5 de junio de 2011

Clavos en la madera

Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debía poner uno de ellos en la cerca ubicada detrás de la casa.

El primer día el niño coloco 37 clavos en cerca...Pero, poco a poco fue calmándose, porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que introducir los clavos en la cerca.

Finalmente, llego el día en que el muchacho no perdió la calma para nada, y se lo dijo a su padre. Este le sugirió que por cada día que controlara su carácter, debía sacar un clavo de la cerca.

Los días pasaron y el joven pudo decirle finalmente a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca.

Entonces, el padre tomo de la mano al hijo, lo llevo a la cerca de otras y le dijo:
-Mira, has hecho bien...pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca...esta nunca será la misma de antes...cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero de la cerca. Aunque lo vuelvas a sacar, la herida ya queda hecha...no importa cuántas veces pidas perdón...la herida esta ahí y una herida física es igual a una herida verbal...